Monday, March 28, 2016

cómo se pasa la vida/how life goes by

(Traducción al español a continuación)

Robes flowing in the wind, the Tibetan monk stands on the dock, wearing an elaborate saffron-colored headdress. With great intention and ceremony, he slowly pours the colored sand into the bay, praying for peace and blessing for all beings.

The sand came from a beautiful mandala that a group of monks spent five days creating at the University of Puget Sound. Carefully layering the brightly colored sand, praying as they worked, they used funnels to meticulously bring about an intricate design, full of spiritual symbolism.



Students and other members of the community were invited to observe the process, and the blessing afterwards, when the mandala was finally finished. It was extraordinary.

And then it was gone. The sand was ceremoniously swept up ~ a striking ceremony depicting the transitory nature of life. Those of us present were invited to take some of the sand, and the rest was destined to be scattered in "living water", so that the intention for peace could flow to all beings.



Let the dozing soul remember,                              Recuerde el alma dormida,
let the mind awake and revive                               avive el seso y despierte,
         by contemplating                                                  contemplando
      how our life goes by                                          cómo se pasa la vida,
and how our death comes near                              cómo se viene la muerte
             so silently                                                           tan callando

From Verses for the Death of his Father/
Coplas por la muerte de su padre,
Jorge Manrique, 1476


My friend is approaching 90, and lately she has not been happy with the losses that come with old-old age. Today, though, she laughs as her great-granddaughter rests on her lap. She cradles the infant's tiny head in her hands, looking deeply into her bright eyes. The baby is Sarah, named for her great-great grandmother who survived Auschwitz. My friend looks up and exclaims, "Isn't it a miracle that we've been able to meet our great-grandchildren? Isn't life glorious?"

Orion is setting slowly in the west as I ponder her words; Isn't life glorious? As the mythical hunter turns upside down and starts to disappear, his most prominent star, the ruddy Betelgeuse, twinkles more brightly than usual . Betelgeuse is a red giant, an old star, nearing the end of its life. Best estimates are that Betelgeuse will explode in about 100,000 years ~ a blink of an eye in astronomical time. Usually a subtle red, tonight it shimmers strikingly. Ruby in the sky with diamonds.

I never cease to be moved by the idea of light years, that mystery of looking back in time, and seeing light that left a star centuries ago. For Betelgeuse, that's somewhere between 430 and 690 light years away.

And so I remember that it was about 550 years ago that Jorge Manrique was penning his soulful verses for his father ~ verses that touched me deeply, when as a 20-year old Spanish major I read them for the first time. Words have light, too, don't they? Illumination borne of the profound depths of feeling from so long ago. Am I looking at light that left Betelgeuse as Jorge shed his tears? This is, perhaps, just a bit of poetic astronomical license, but I am awestruck nonetheless.

Or maybe it was 1570 ~ 446 years ago ~ when astronomer Tycho Brahe was building new instruments to more accurately observe the stars and calculate our place in the universe ~ maybe that's when this reddish light from Betelgeuse started its journey through the centuries, right into my living room. Regardless of the exact light-distance, I am looking back at a time when the earth was (obviously) the center of the universe, when scientists and philosophers ~ the ones on the edges ~ dreamed and observed and speculated about our cosmos. A time, like our own, when the brave ones dared to dream.

Reach me down my Tycho Brahe, I would know him when we meet,
When I share my later science, sitting humbly at his feet;
He may know the law of all things, yet be ignorant of how
We are working to completion, working on from then to now.

Pray remember that I leave you all my theory complete,
Lacking only certain data for your adding, as is meet,
And remember men will scorn it, 'tis original and true,
And the obloquy of newness may fall bitterly on you.

But, my pupil, as my pupil you have learned the worth of scorn,
You have laughed with me at pity, we have joyed to be forlorn,
what for us are all distractions of men's fellowship and wiles,
What for us the Goddess Pleasure with her meretricious smiles!

You may tell that German College that their honor comes too late,
But they must not waste repentance on the grizzly savant's fate.
Though my soul may set in darkness it will rise in perfect light;
I have loved the stars too fondly to be fearful of the night.

From The Old Astronomer to His Pupil, by Sarah Williams,1868
(emphasis on the last line is mine)

Carl Sagan famously said: The Cosmos is within us. We are made of star stuff. We are a way for the universe to know itself. 

 Amen to that.

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Cómo se pasa la vida

Con su sotana moviendo en el viento, el monje tibetano se para en el muelle, un gran tocado decorativo colocado en su cabeza. Con mucha intención y ceremonia, vierte a la bahía, muy despacio, la arena de colores, rezando por la paz y deseándo bendición para todos los seres del mundo.

La arena vino de una mandala hermosa que hizo un grupo de monjes, creándola durante cinco días en la Universidad de Puget Sound. Cuidadosamente extendiendo capas de la arena multicolor, rezando mientras trabajaban, utilizaron embudos para crear un diseño detallado, lleno de simbolismo espiritual.



Estudiantes y otros miembros de la comunidad fueron invitados a observar el proceso, y la bendición después, cuando la mandala estaba terminada. Fue algo extraordinario.

Y entonces, desapareció. La arena fue barrido con mucha ceremonia ~ un ritual dramático, representando la naturaleza transitoria de la vida. Nos invitaron a llevar un poco de la arena, y lo que quedaba fue destinado a ser esparcido al "agua viva", para que la oración por la paz pudiera fluir a todos los seres del mundo.

 

Recuerde el alma dormida
avive el seso y despierte,
       contemplando
  cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
       tan callando

Jorge Manrique, 1476
Coplas por la muerte de su padre

Mi amiga tiene 90 años, y últimamente no se siente contenta con las pérdidas que llegan con la edad avanzada. Pero hoy, se ríe mientras su bisnieta descansa en su regazo. Sostiene en sus manos la cabeza pequeña de la bebé, mirando intensamente a sus ojos brillantes. La bebé es Sarah, y lleva el nombre de su tatarabuela que sobrevivió a Auschwitz. Mi amiga me mira y exclama: "¿No es un milagro que hemos podido conocer a nuestros bisnietos? ¡Qué gloriosa es la vida!

Orion se pone al oeste mientras considero sus palabras: ¡Qué gloriosa es la vida! Mientras se pone patas arriba, el cazador mítico empieza a desaparecerse, su estrella más prominente , Betelgeuse, titilando más brillantemente que lo normal. Betelgeuse es un gigante rojo, una estrella vieja, acercándose al final de su vida. Se calcula que Betelgeuse se explotará dentro de 100,000 años ~ que es un abrir y cerrar de ojos en el tiempo astronómico. Por lo general, luce un rojo sutil, pero esta noche brilla claramente. Rubí en el cielo con diamantes.

Nunca me deja de asombrar la idea de los años luz, ese misterio de mirar hacia atrás en el tiempo, observando la luz que salió de una estrella hace siglos. Para Betelgeuse, esa distancia es algo entre 430 y 690 años luz.

Así que recuerdo que hace unos 550 años, Jorge Manrique escribía sus versos conmovedores para su padre ~ versos que me impresionaron profundamente cuando los leí por primera vez, a la edad de 20 años, estudiando la literatura española. Las palabras también transmiten la luz, ¿verdad? La iluminación desde las profundidades de la emoción, desde la antiguedad. ¿Estoy viendo la luz que salió de Betelgeuse mientras Jorge lloraba por su padre? Un poco de licencia poetica-astronómica, quizás, pero me quedo alucinada de todas maneras.

O tal vez fue 1570 ~ hace 446 años ~ cuando el astrónomo Tycho Brahe construía nuevos instrumentos para observar mejor las estrellas y calcular nuestro lugar en el universo ~ quizá fue entonces que esta luz empezó su jornada por los siglos, llegando a mi sala. No importa la distancia-luz: Estoy mirando al pasado, a una etapa historíca cuando la Tierra fue (obviamente) el centro del universo, cuando los científicos y filósofos ~ los que se encontraban a la orilla de la sociedad ~ soñaban y especulaban sobre nuestro cosmos. Una época, como la nuestra, cuando los valientes se atrevieron a soñar.

Pásame mi Tycho Brahe, lo reconocería cuando nos viéramos,
Cuando comparta mi ciencia del futuro, sentado humildemente a sus pies;
Puede ser que él conozca la ley de todas las cosas, pero se quede ignorante de cómo
Estamos trabajando hasta el fin, trabajando desde entonces hasta ahora.

Recuerda que te dejo toda mi teoría completa,
Faltándose solamente ciertos datos que tú añadirás, como se espera,
Y recuerda que los demás se burlarán, es original y verdadero,
Y puede que la crítica de lo nuevo caiga amargamente en ti.

Pero, mi alumno, como mi alumno has aprendido el valor del desdén,
Has reído conmigo a la piedad, hemos celebrado ser desolados,
¿Qué nos importan todas las distracciones de los engaños y la comunidad de los hombres?
¿Qué nos importa El Placer de la Diosa con sus sonrisas sórdidas?

Puedes avisarle al Colegio Alemán que su honor llega demasiado tarde,
Pero que no desperdicien el arrepientamiento por la suerte de este sabio canoso.
Aunque mi alma se ponga en tinieblas, se alzará en perfecta luz,
he amado a las estrellas demasiado, para ser temoroso de la noche.

De El viejo astrónomo a su alumno, por Sarah Williams, 1868
(El énfasis en el último verso es mío)

El astrónomo, Carl Sagan, dijo famosamente: El Cosmos está dentro de nosotros. Somos polvo de estrellas. Somos el medio para que el universo se conozca a sí mismo.

Amén.