The sun-mirroring, moon-shadowy orb
peeking over Tahoma's fire and ice
is a shining, golden-flame surprise
that brings me to my knees.
It feels like a prayer . . .
though I don't know exactly what a prayer is.
But I do know how to watch intently and breathe deep,
how to laugh from my belly and
squeal with delight at just the right time.
I do know how to get lost in a story
and how to wonder and love,
how to smile at people walking their dogs ~
what else can I do when Sherman and Phoenix trot by
with their affable, treat-toting owner?
I do know how to marvel at the northerly swing of the seasons,
the long light to the big dark,
the coming and going of the bone-chilling damp.
And when life overwhelms
I do know how to drop to my knees on
a magical blanket of many colors,
which is what I am doing right now ~
kneeling on silken strands woven by long-ago Nonna hands
back when they were the hands of a girl who dreamed.
I do know how to keep holding the
lifeless child of Palestine in the same
devastating prayer-hug as
the rising brilliance of the fiery-gold moon.
I know I must do this and
that it is not a comfortable embrace.
Tell me, what else should I be doing,
if not this?
What else should I be doing?
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Oración
El orbe sol-reflejante, sombra de luna
subiendo sobre el fuego y hielo de Tahoma
es una sorpresa brillante de llama dorada
que me causa caer de rodillas.
Parece una oración . . .
aunque no sepa exactamente qué es una oración.
Sí sé mirar atentamente y respirar hondo,
reir a carcajadas y
gritar con deleite en el momento perfecto.
Sé perderme en una historia
asombrarme y amar,
sonreír a la gente caminando con sus perros --
qué más puedo hacer cuando Sherman y Phoenix me pasan
con su dueño afable, cargado de galletas?
Sí sé maravillarme al péndulo norteño de las estaciones,
la luz larga a la gran oscuridad,
al ir y venir de la lluvia que congela hasta los huesos.
Y cuando la vida me agobia
sí sé caer de rodillas en
una manta mágica de muchos colores,
que es lo que estoy haciendo ahora ~
hilos sedosos tejidos hace mucho por las manos de Nonna
cuando eran las manos de una muchacha que soñaba.
Sí sé seguir sosteniendo al
niño asesinado de Palestina en el mismo
abrazo-oración como la luna que arde dorada.
Sí sé que debo hacer esto y
que no es un abrazo cómodo.
Dime, qué más debería hacer,
si no esto?
¿Qué más debería hacer?